Ruta_161 Comuna hippy: Beneficio. Cañar. (Granada).
Beneficio es una comuna hippy situada en el término municipal de Cañar, colindante con Orgiva, en la provincia de Granada. Entre 200 y 300 personas viven allí normalmente, aumentando la población en ciertas épocas del año hasta cerca de los 500 individuos -según estimaciones de uno de los comuneros-. Se accede a ella a través de un camino de tierra que deriva de la carretera de Cañar. Si a alguien le apetece ir, el recorrido es el siguiente: en el tramo Lanjaron-Orgiva (A-348) se coge el desvió que lleva hacia Trevelez (A-4132), después el desvió que lleva hacia Cañar (GR-4201), y en esta ultima carretera el desvió que lleva hacia la comuna. Un cartelón de madera indica su situación.
La comuna hippie de la Alpujarra granadina cumple su primer cuarto de siglo.
Tierras en propiedad.
En estas tierras, compradas hace años por un grupo de estos hippies para evitar problemas legales, se alternan las viviendas con las huertas, cultivadas mediante la permacultura, una «agricultura salvaje» por la que se trabaja un trozo de tierra solo una vez y «cada planta tiene su espacio», sin productos químicos y dejando que crezcan de forma natural.
Esta técnica, junto a un sistema de acequias y regadío que han creado, permite regar las huertas de cada vivienda y también las comunes, en las que todos colaboran para conseguir calabazas, pepinos, tomates o sandías que, en muchas ocasiones, son más grandes y frondosas de lo que se puede encontrar en un comercio.
«Aquí no importa la religión, nacionalidad ni nada, todas las personas son libres de interesarse por el lugar»
Sin prejuicios.
No faltan las tiendas de campaña de aquellos que, llamados por la fama internacional de la comunidad, se acercan en verano a convivir unos días en ella, como es el caso de un joven estudiante británico que se encuentra encantado del estilo de vida mientras calienta una sopa e intenta quitarse de encima a tres pequeños gatos que se las ingenian para quitarle comida.«Aquí no importa la religión, nacionalidad ni nada, todas las personas son libres de interesarse por el lugar», cuenta una de las personas que están haciendo de guía para reconducir la comuna, que hace algunos años pasó por malas épocas de drogas y sucesos varios.
Un lugar que no figura en los mapas.
Como todo paraíso, Beneficio es difícil de encontrar. Oculto entre dos paredes montañosas, el único modo de acceder al paraje es mediante uno de los muchos caminos de tierra que nacen de la carretera comarcal que conecta Órgiva con Cañar, las dos localidades en cuyo término municipal se encuentra la comuna. Tras serpentear varios cientos de metros, un bosque de coches y caravanas se revela súbitamente. Es el aparcamiento de la comuna, la última huella de civilización contemporánea antes de abandonarla definitivamente y también la última oportunidad para beber alcohol, algo que está muy mal visto en la comuna.
Una pequeña tablita que hace las veces de puente en un pequeño riachuelo (el primero de cientos) delimita la frontera con Babylon. A partir de ese punto, el terreno se vuelve empinado y un frondoso verde lo inunda todo.
La configuración del lugar es simple: la comuna está dividida por una senda principal que nace en el párking y muere en el manantial que hay en su cima. A medida que se recorre dicho camino, van brotando senderos secundarios que conducen a las distintas instalaciones y domicilios particulares.
Stop! Rodando el Cambio.
Stop! Rodando el cambio es un documental grabado por un equipo de mujeres y financiado colectivamente. Durante un mes viajamos por distintas alternativas entre España y Francia en busca de otras formas de vida más respetuosas con el entorno y las personas que habitamos en él. La teoría del decrecimiento en la que nos basamos nos alerta de la imposibilidad de seguir produciendo como hasta ahora en un planeta cuyos recursos son finitos. Estos niveles de consumo nos han conducido a la desaparición de los bosques, a tener ríos y mares contaminados, sistemas de alimentación intoxicados… todo ello alimentado por la especulación financiera y una clase política despreocupada tanto a nivel social como medioambiental. ¿Cuánto tiempo más podremos esperar para que se produzca un cambio de paradigma a nivel mundial? ¿Es posible vivir felices reduciendo drásticamente nuestras necesidades?